Hace
unos 10 mil años, lo que ahora es el desierto del Sahara, en África, era un
ecosistema verde, húmedo y con fauna abundante, a pesar de que anteriores
estudios realizados en cuevas de la región revelaron la convivencia del hombre prehistórico
con animales domesticados, ha sido hasta fechas recientes que investigadores de
la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, encontraron la primer evidencia
física de la presencia de ganado en la zona y de su empleo para la obtención de
alimento. Los científicos identificaron ácidos grasos propios de la leche en
vasijas de hace 7 mil años encontradas en el refugio Takarkori, en las montañas
de Libia. Para ello los expertos utilizaron un indicador de lípidos y pruebas
moleculares de carbono. Con estas herramientas no
solo se reconoció la dieta antigua de la región, sino también se obtuvieron
datos sobre los antecedentes de la evolución de la lactasa –enzima que procesa
la lactosa- pues aparentemente ha prevalecido en nuestro código genético hasta
nuestra era.
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